Lo que ocurre es que el día que se conocieron, llegó @claudiopiscu como un elefante entrando en una cristalería, invadiendo su espacio, y creyendo que tenía poder sobre todos los gatos del mundo y se puso a cogerla y a zarandearla, pensando que mi delicada muñeca era uno de sus gatos espantapájaro del pueblo, y claro, la otra le cogió una tirria que pa qué.