Para los pocos fans que me queden, os cuento una anécdota del AVE ayer.
Resulta que ahora (o yo no los había visto antes) alguno de los baños del tren tiene un puerta automática que se abre tocando un botón y se oculta en la pared dejando una entrada súper amplia, para que se pueda entrar con silla de ruedas. Pues bien, ayer toco el botón para entrar, se abre de par en par como si fuera el telón de un teatro y me encuentro a una señora cagando que hace el amago de levantarse para cerrar, pero descubre que no hay nada que cerrar porque la puerta está oculta. Yo flipo y me aparto de la línea de visión y me pongo con otra señora que había al lado a intentar tirar de la puerta que no se cierra porque está bloqueada... La señora que caga se pone a chillar y la otra le contesta a gritos "no se puede cerrar! Vístase!!! No podemos!!! Adecéntese!"
Al final descubrimos el botón que permite que se cierre (o se cierra sola, no sé) y acaba el calvario de la señora, que ahora sí, pulsa lo que tuviera que pulsar para echar el cerrojo y que el botón de fuera se pusiese rojo...
Moraleja, amiwitos. Si usáis el baño de discapacitados, CERRADLO A CAL Y CANTO!
Cuando volvía azorado a mi asiento vi a una pareja de gaes barbudos dignos del hilo de hombres acunando a un bebé en plan Modern Family y me enamoré completamente de ellos, pero eso es otra historia.