Bueno, lo que cuento es de ayer:
Yo vi por la calle de lejos a una persona que creía que era otra. Comencé a andar más rápido hasta que me puse a su altura para saludar y ponerme a hablar amigablemente. La saludo y tal, Y ME SALUDA, y no era la persona que creía... Como yo iba tapado hasta los ojos, la mujer creería que iba a atracarla... Luego le volví la cara de lana y aceleré sin mirar atrás. ¡Qué vergüenza!