Pozí, @elek. Yo lo que decía de las baterías antiaéreas del Carmelo lo encontré súper significativo. Un sitio que estaba semioculto hasta para la gente del barrio, de repente en 10 años es un mirador para que los hipsters yanquis y gabachos se tomen una cervecita al atardecer...
Que no se puede parar la turistificación de una ciudad que basa su mayor riqueza precisamente en el turismo, vale. Pero que casi 8 millones de visitantes en una ciudad de 1,5 es una invasión, pues también.