A mí me parecería estupendo que a los empadronados en BCN no les cobraran ni en el Park Güell ni en la Sagrada Familia. No es así, pues muy mal, pero vamos, que no sé qué pintaba ahí la política o el independentismo, por eso he respondido. El problema se ciñe a cómo mantener el patrimonio histórico-artístico de las ciudades y pueblos porque, por desgracia en esta nación de naciones, únicamente con las partidas presupuestarias del ministerio / consejerías me temo que no llega. Y menos en una situación de (ab)uso masivo. Ya quisiera yo que no llegara tanto guiri a joderlo todo, eh, que vivo en la ciudad que vivo. Pero algún coto hay que poner.