Coña @GinTONICs, yo también estudié en Donosti.
El edificio preexistente no era ninguna joya, pero hay muchas razones que justifican su mantenimiento: la primera y más importante, derribar y volver a construir un edificio que no está en ruinas es un gasto de recursos que no se tendría que tolerar.
La segunda es que, aunque no tenga valor en sí mismo, sí lo tiene en relación a su entorno. Genera más imagen de ciudad reconocible que el nuevo, que es la anodinez hecha aplacado y barandilla de vidrio.