Uhm, pues nada, tristeza. Sólo digo que con lo maravilloso que es descubrir, aprender, avanzar, indagar en lo conocido y mirar más allá, recorrer caminos inexplorados, dotar de robustez al mundo, ser curioso, preguntarse, no estar contento con las respuestas rápidas... Con todo eso, ponerse a inventar fantasmas, eso es descorazonador por limitado.