Mi prima hace dos años, con tres más o menos, me lió una en el supermercado. Había un niño negro en un carrito que empujaba su madre, negra como el tizón, y va mi prima, lo mira con ojitos de amor, le agarra de la mano, me mira y me dice: Mira, Yuri, que bonito y que negrito. ¿Por qué su madre no lo lava?
Y yo con cara de morirme allí mismo, le dije que no estaba sucio y le pedí disculpas a la madre.