Má o menos... pero añade dos posturas muy distintas: la lusista, que perdió la batalla, y que propugnaba una grafía más próxima al portugués; frente a la isolacionista (aislacionista) que pretendía diferenciarse del portugués y del castellano. En medio quedó la postura ganadora, que utiliza una grafía más cercana al castellano pero prefiere beber del portugués a la hora de fijar la norma.
Anyway lo que más me jode es el uso de patrones muy alejados de la realidad, por ejemplo la gheada o el seseo, que están muy extendidos (la gheada es muy mayoritaria en Galicia), pero que son considerados "defectos" y la norma no los acepta.