De grandes fanatismos nacen las mayores repulsiones, es decir es repudiada por culpa de los little fetos que han trolleado casi cada lanzamiento que ha podido rivalizar o restar atención mediática (Christina Aguilera, Britney Spears, Madonna, hasta con Adele) a su diosa, y han conseguido convertir a Lady Gaga en sinónimo de ese rebaño de cabras que aplaudirán cualquier chorrada que haga. Por eso Lady Gaga jamás volverá a donde estuvo en 2010 ni conseguirá los éxitos de Rihanna. Madonna no fue tan tonta de cerrar tanto su círculo. Esto es pop comercial, y va de llegar al máximo de gente posible.