Yo creo que el problema es que, con su intensidad, perdió la fanbase que a ella le importa desde un principio: aquella que tiene espíritu travesti radical.
Ella quiere pasarlo bien. Quiere influir o acercar el arte al pueblo, como si fuese una ONG de homosexuales iletrados, pero se quedó con esos mariquitas aculturales que creen que, lo que ella intenta acercarles, es la nueva panacea.
Quiere montar el mayor drama de la tontería más estúpida y resolverlo con ridiculez. Quiere beber, maquillarse y sentir que su vida es la comida basura. Ella quiere ser el pop. Y lo es.
Se ha dado cuenta de que sus fans son un coñazo porque la lían sin parar por memeces y ella así no quiere la vida.
Y también quiere ser rica, claro. Como yo. Pero eso no es delito suficiente para tener ese tipo de fans. Yo ese tipo de fans no se los deseo ni a Víctor Sandoval.