Al hilo de "EL país", el pollo montado en Ponferrada y un artículo bastante virulento (y con razón) de Millás hoy en el periódico, no se como nadie le ha dicho al insigne escritor que los imbéciles y las hipócritas a los que critica -repito, con razón, creo- hoy son sus compañeros de viaje políticos desde hace lustros, y el nunca ha renegado de ellos. Mas bien todo lo contrario.
Es triste que, al igual que el respetable ex-alcalde del sitio, no conozco un sólo imbécil, desgraciado o hijo de puta que no tenga pareja. Curiosamente esa clase de tipo no parece tener problemas para encontrarla.