Precisamente la gracia del disco es que, pese a la variedad de estilos, siempre suena a Sia. Lo que viene a decir que esta mujer no se adapta al estilo de nadie, si no que son los demás los que adaptan su voz a sus canciones.
Así que sí, suena a Sia, es un disco de Sia y a ver quién mete una canción que tiene DOS subidas de tono en el estribillo prácticamente seguidas sin que suene sonrojante. Sólo puede hacerlo ella.