Caso vivido en segunda y tercera persona.
Mi antiguo novio tiene una amiga, P, cuya degradación vimos mes tras mes, y sin que nadie pudiera hacer nada para ayudarla. La muchacha vivió una serie de hechos familiares bastante traumáticos. Eso, junto a coqueteos con las drogas, fue el detonante de una enfermedad mental subyacente y que le imposibilitaba para llevar una vida medio normal.
No conseguÃa ningún trabajo, la echaban a los quince dÃas; no estudiaba, porque no lograba concentrarse; sólo malvivÃa con la paga de orfandad, unos 200â¬; su calidad de vida se fue deteriorando, a la par que su comportamiento se volvÃa más y más asocial.
Lo curioso es que nadie podÃa hacer nada para que fuera tratada. DebÃa ser ella misma quien aceptara ser internada en un centro para ser tratada. Cosa que no ocurrió hasta que ella misma, porque lúcida sà estaba, se dio cuenta de que su vida era un desastre. Y vaya si lo era: sin trabajo, sin dinero, sin casa, viviendo prácticamente sola y en la indigencia. Rollo ducharse en los aseos de la estación de autobús, y buscando cobijo en los cajeros.
Su familia y amigos tuvieron que verla caer sin que nada que pudieran hacer sirviera realmente. Y, como decÃa la hermana, era necesario que tocara fondo y aceptara su situación porque de otra forma no podÃan ayudarla.