En 1858 había una teoría psicológica que decía que las mujeres tras el parto morían al infectarse por la verguenza que sentían al ser atendidas por médicos varones en vez de comadronas.
Semmelweis descubrió que no, que aquello no era verguenza, que lo que realmente ocurría era que él y sus colegas eran los responsables de las infecciones y muertes por no tener ningun tipo de higiene, y propuso el hábito de lavarse las manos antes de las intervenciones.
Pero oh, Semmelweis era judío, no hablaba muy bien alemán (estamos en Viena) y además era lo que hoy en día es ser de izquierdas (los médicos eran todos ricachones de buena familia derechona) por lo que sufrió el descrédito y maltrato por parte de esta gente y terminó muriendo en un sanatorio mental por una infección.
Después vinieron Lister y Pasteur básicamente a decir lo mismo (pero ya con gérmenes específicos y tal) y triunfaron en la década de 1870 con varios estudios sobre antisépticos.