El martes estaba turbia el agua de la playa, con un poco de olas y me clavé en la planta del pie una piedra puntiaguda que vi las estrellas, sangré un poco y se me levantó un trozo de piel que me acabé arrancando en casa, pero me ha quedado un agujero del tamaño de una cerilla que me tapo con una tirita y voy cojito a todas partes para no pisar sobre esa parte que no es que me duela mucho pero inconscientemente no piso bien y se me ha extendido el dolor al gemelo.