Si, además me seguía a todas partes. Iba a por un vaso de agua, él detrás. Me sentaba en el sillón, él detrás. Ib a dejar el vaso a la cocina, él detrás. Pero bueno, era una monada y super simpático. Al final, el sábado que se vino a dormir el boxeador me dijo: mira, que le den a la educación del perrito, cógele y métele en la cama porque si no no vamos a dormir en toda la noche. Así que le cogí y le metí en la cama y ahí se quedó. Ya le reeducará mi hermano. Sorry.