He soñado que dirigía una película en la que el protagonista era una guapo y simpático joven de 28 o así que se dedicaba a descuartizar a niños. O sea, los mataba y los hacía trozos cual carnicero. El caso es que dormido estaba yo emocionado del éxito que iba a tener seguro esa película.
Ayer fue que me sumergía en un río y cogía tortugas, las cazaba y las cocinaba. La primera tarea, la de buscarlas y sacarlas guay. La de prepararlas era súper difícil, me partía los cuernos cascando el caparazón y buscando la carne. Eso sí, el resultado eran unos canapés riquísimos.