Cuando hacía algo que mi abuela consideraba raro, me soltaba 'eso lo vi yo en Argana' (barrio malo de Arrecife). Cuando preguntaba que qué había de comer, me decían 'comida' y ya está. Me dejaban calladita. A lo de la hora, siempre me decían que la que marca el reloj. De verdad, que poca gracia había en mi casa.