Estoy en ese punto en el que puedo coger y hacer que todo se acabe, de pasar página, de darlo por perdido, de esperar a que la costumbre y el día a día conviertan mi soledad en una rutina y olvidarme de ella definitivamente. Y estoy a un solo paso de empezar este camino y no quiero darlo, no soy capaz de pasar página, quiero intentarlo una vez más, aunque por su parte nada de esto exista. No quiero inclinarme ante la derrota.