Escenario 1:
Problema: Tengo un problema con un compañero de piso, con quien me he callado su mal comportamiento dÃa tras dÃa, y ha llegado un punto tal que se ha hecho amo y señor del piso, llegándome a cortar el internet cuando le sale de los huevos y eso que yo también lo pago. Pido consejo.
Consejo: Que me enfrente a la situación, porque obviamente si he llegado hasta ese punto es por mi tendencia a huir del conflicto y no plantear a mi compañero dónde están los lÃmites. Si desde el minuto 1 me hubiera enfrentado a sus desmanes, o no estarÃa ya viviendo con él, o habrÃamos alcanzado cierta paz y concordia.
Vamos, no se me da una solución al problema, pero sà se me señala cuál es la fuente real para evitar futuros.
Escenario 2:
Problema: Tengo un problema con un compañero de piso, con quien me he callado su mal comportamiento dÃa tras dÃa, y ha llegado un punto tal que se ha hecho amo y señor del piso, llegándome a cortar el internet cuando le sale de los huevos y eso que yo también lo pago. Además reconozco que tiendo a huir de los problemas.Pido consejo.
Consejo: Como ya hemos asumido cuál es la fuente del problema, ahora los consejos deben ir por cómo enfrentarme a mi propia circunstancia. Se me dan argumentos para que me convenza a mà mismo de que no hago ningún mal si me enfrento a las situaciones, que una discusión no es pegarse gritos y que el objetivo es llegar a un punto de común acuerdo.
Ahora que ya está identificada la fuente real del problema, podemos empezar a atajarlo.