En mi patio caen cosas ordinarias (como pinzas de tender la ropa de los pisos de arriba) y muy ordinarias (como bragas manchadas de menstruación).
Pero una vez cayó esta MARAVILLA:
Eran unas cuantas hojas del diario de una niña. Esta historia de amor con final sorpresa, escrita en la mitad de una cuartilla, me pareció enorme.