Oficialmente las fiestas se terminan el día 14, pero el día 15 también hay fiesta y hay quien hace lo posible por alargar la fiesta todo lo que se puede, con encierro incluido. El encierro del día 15 tiene su origen en el legendario "Encierro de la Villavesa". En Pamplona llamamos villavesas a los autobuses urbanos, y este encierro de la villavesa consistía en sustituir la habitual manada de toros por el autobús que el día 15, acabada ya la fiesta oficial, subía por la cuesta de Santo Domingo.
Este encierro se realizaba con toda la ceremonia del otro. Se cantaba al santo (sustituido por una botella), estaba prohibido citar al bicho, etc. Era una cuchufleta al orden establecido. Y al orden establecido, claro, no le gustaba la cosa, así que hizo todo lo que pudo por cargarse el "encierro de la villavesa". Hace tiempo que se suprimió la villavesa de las ocho, pero dio igual, se utilizó una camioneta de reparto que subía al mercado, o cualquier vehículo que subiera por Santo Domingo.
En los últimos tiempos la cosa ha variado algo: el encierro se celebra ahora delante de un ciclista (con su maillot y todo) y de alguna persona disfrazada de toro. Y hay cánticos al santo, al que los habituales del acto llaman el Santo Patrón del Día 15. Por lo visto, es un santo algo borracho y muy vivo que sale en procesión después del pobre de mí y va bendiciendo al personal hasta la hora de este particular encierro.
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