Resulta que el matrimonio de maricones y bolleras no solo tiene efectos perniciosos para la sociedad, sino que también "perjudica al cine" (y lo dice Nikita Mijalkov).
Cuánta razón tiene: "Cuando cosas antinaturales se convierten en norma, qué se puede esperar del cine".
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/07/22/cultura/1374490790.html