Que no exista un lobby gay como lo imagina la derecha, una suerte de organización supranacional jerarquizada, tampoco significa todo lo contrario. No entiendo esta moda de negar la mayor cuando, de hecho, la existencia de grupos de presión no es mala de por sí.
Otra cosa es que yo, de casi todos los que he conocido, no compro su discurso y Shangay Lily como "artivista" me parece un facepalm con patas.
Y me reitero, usar el acoso chabacano propio de quinceañeros, con quien sea, lo justifica.