El álbum es más intimista, guitarras y piano tienen gran parte del protagonismo. No es una vuelta al country, pero si que continúa explorando el sonido de las baladas con Antonoff de discos anteriores o deep cuts de RED donde ya se le veían esas inquietudes.
Los arreglos son preciosos, están a otro nivel, las cuerdas en August son directamente una pasada y su voz suena dulce y acogedora en este registro. My tears ricochet es la que menos se aleja del pop y Invisible string es muy Sufjan.
De primeras me ha gustado bastante, todo está muy cohesionado, sin singles claros y para durar una hora se hace muy ameno escucharlo de lo bonito que es y los detalles que tiene cada canción.