Reducir la discusión a la mínima expresión con la dualidad hombre-malo y mujer-amor puede ser gracioso, pero poco más. ¿Por qué?
Porque Talegón lo único que hace es hablar de los roles de género y como estos han perpetuado una condición de desventaja para las mujeres tradicionalmente. Durante cientos de años. Aun hoy. Antes negándoles el sufragio o prohibiéndoles conducir. Aun hoy cargándolas con las tareas domésticas y de cuidados, pagándoles menos u ocupando el doble del espacio público, entre otras.
¿En este sentido, como grupo social, los hombres somos en parte "malos"? Pues sí, un poco. ¿Esto quiere decir que cada uno de nosotros seamos como individuos seres despreciables? Obviamente no. Primero porque la bondad es subjetiva y segundo porque podemos ceder nuestros privilegios, dar un paso atrás y luchar contra ellos.
Otro besito más.