Supuesto que el obsesionado tenga que ver, que aún hay que depurarlo, es en estas cosas donde no creo que el machismo sea el detonante o la causa a la que recurrir. Es algo más primario. La obsesión del hombre se me asemeja al caso Maje/Salva, solo que con otras consecuencias.
Quicir, el machismo está ahí, es innegable, y colabora en las respuestas, pero no es determinante. Echarle la culpa es, a mi entender, perder la raíz del problema.