VF: Hace poco un chico que pertenecía a tu cuadrilla, Pelayo, levantó polémica al anunciar un máster para blogueros con un precio que la opinion pública consideró exagerado.
A: A ver: no seamos populistas. Yo voy a la universidad y paso mis cuotas. Y las pago encantada porque quiero recibir eso. Cuando me he hecho un máster de misticismo en no sé qué no sé cuanto, ¿cuánto crees que me cuesta? Y él lo ha hecho en una universidad privada, así que el precio del mercado lo marca el cliente. Si se llenará o no, no lo sé. Yo en un concierto puedo poner la entrada a un euro o a cien: si se llena o no el recinto es mi problema. El libre mercado, por delante. Luego, que tengas interés en eso... yo creo que no tiene interés. No puedes ir a una clase de nadie a que te enseñen a tener actitud, pero ni aunque viniera el mismísimo Bowie mañana, para intentar convertirte en una cosa u otra. Hay cosas que no se aprenden, cada uno encuentra su sitio por sí mismo. Pero a mí no me parece criticable crear unos cursos para lo que sea.
VF: ¿Le ha vuelto a ver desde que rompió la relación con su amigo David Delfín?
A: No.