Me parece terrorífica, y no porque hayan osado meter mano en las Sagradas Escrituras (que acaso también), sino porque la magia de esa canción está en la mirada tímida del protagonista sobre la nadadora, y además y SOBRE TODO en la mirada objetiva del narrador sobre ambos. La misma objetividad omniscente de Carlos Baila o de los primeros versos de El buen vigía. Y la canción, pero sobre todo el vídeo, es un homenaje a un Martin piterpanesco que, oyecuidao, conoce a grupos de culto y es tan generoso que nos los da masticaditos. Es una versión sobre lo guay que es él. Además la canción no me da lago/río para nada, me da piscina municipal o de urbanización. TODO MAL salvo que Hidrogenesse puedan entrar en el mainstream y se ganen unos buenos dineros.