Bueno, la pasta de papá Farelo, que ciertamente no es Eduard Fernández pero que nunca ha dejado de trabajar, se la gasta la niña cuando decide no trabajar, sino hacer temporadas formativas en Jamaica y comprarse o alquilar un buen equipo para grabar una buena maqueta y dedicarse al showbiz hasta que suene la flauta. Luego ya, si efectivamente suena, y si aciertas con el producto que vendes y te creas una base de fans, ahí no entra papá.