El mensaje de hace 2 dias:
No ha sido bonito cómo me habéis tratado, dando por hecho el relato que la gente enferma de odio os ha querido vender.
Ni yo ni mi familia somos racistas, jamás, todo lo contrario, y nadie nos ha apoyado, nos conocéis desde hace años y habéis dado por hecho que unos twitts recalcando la hipocresía, el racismo y la maldad que tienen las personas en este mundo eran mis sentimientos y no una denuncia.
Que un chiste exagerado era un ataque a una institución.
Que después de que un tipo matara en Niza un bebé con un cuchillo o violaran a unas niñas o en defensa de los derechos de la mujer no pusiera “radicales” para referirme a una religión, etcétera, etcétera.
Han traducido todo literalmente sin querer entender el trasfondo y se han creído otros twitts falsos, juntando todo en un bloque para magnificarlo.
Nadie me ha preguntado por el significado ni se ha molestado en comprobar en respuesta a qué noticia y qué comentarios horribles hacía la gente y a quien se responde realmente.
Todos han dado por hecho que eran twitts racistas y glorificando el nacismo sin que la cadena completa de post estuviera visible para poder encontrar una explicación a los escritos.. Qué vergüenza.
No puedo creer que alguien pueda pensar que alguna vez en mi vida he ensalzado la figura de ningún dictador o el nacismo, cuando precisamente no paro de denunciar que tengamos cuidado porque estamos regresando a esos tiempos oscuros con las personas que copian sus comportamientos.
Este post es de hace una semana.
Os tenía que dar vergüenza creer al que señala y nos quiere hundir.
Jamás voy a pedir perdón porque es mentira, y vosotros que me conocéis me habéis juzgado sin preguntarme y sin opción a defenderme.
Está claro que el mundo va a peor.
Qué casualidad que llevo 9 meses intentando mandar un mensaje de esperanza al mundo y justo hace tres días, casualmente, soy la peor persona del mundo.
Tengo muchas cosas que mejorar en este mundo, mi forma de expresarme una de ellas, PERO NO VOY A PEDIR PERDÓN POR ALGO QUE NO SOY, . JAMÁS.
Soy responsable de lo que siento y digo, no de lo que los demás piensan que siento y digo, ni de lo que los demás interpreten de lo que digo.
ASCO DE HUMANIDAD.