La canción, sin ser un temazo, tiene su punto. El vídeo, siendo una mamarrachada máxima (y ya van dos sesguidas), es pasable. Lo que no tiene perdón de Dios, os pongáis como os pongáis, son esas coreografías (por llamarlas de alguna forma...) espamódicas. Lady Gaga, sin ser una bailarina extraordinaria, te defiende una buena coreo. Habría que prohibir a el/la coreografo/a que siguiese ejerciendo su profesión, y si es la Gaga la responsable de esos bailes, sería bueno que alguien de su equipo le pidiese que se concentrase en la parte musical, que se le da mucho mejor.