Pues Martin y Nina me han parecido lo único rescatable del primer capítulo. El número de los actores porno o ese Dime reconvertido en marcha de Semana Santa en un entierro, son de no dar crédito.
El segundo capítulo tiene el número de las drogas que dan ganas de ilegalizar los musicales como género, y joyas del humor en forma de diálogo del estilo de "- Me dio a probar la cocaína rosa. / - Yo la única rosa que consumo es Rosa López" que han tenido que sujetarme porque quería arrojar la tele por la ventana.
Mariliendre es un claro ejemplo de cómo las productoras piensan que los gays vamos a tragarnos cualquier producto del que seamos target sin rechistar. Y yo al menos me lo pienso tragar rechistando (y porque sale Martin, claro, que si no...)
Como nivel de rebeldía puede no ser gran cosa, pero por algo se empieza.