Interesante @Me_Adri pero hay que verlo también desde la perspectiva de la reputación. Y esa crisis es casi imposible de evitar, porque ya van dos años de resultados cuestionables y maniobras de la UER en la sombra.
La retirada de un país puede significar protesta, claro, pero también un cuestionamiento formal -diplomático- de la imparcialidad del certamen ante los ojos del mundo. El año pasado Israel manipuló los votos a gran escala y en todos los países que pudo. Por poner un ejemplo, la UER todavía no ha sido capaz de revelar el desglose de televoto en la final a varios países (¿Con cuántos votos quedó Israel en primera posición? ¿Cuál fue la diferencia de votos con el país que quedó en segundo lugar?) aunque estos lo han solicitado ex profeso y varias veces, como Bélgica. El desfalco pinta a que es tan bestia que a la UER le sale más a cuenta pecar de opaca que de corrupta.
De ahí que la retirada de Bélgica, Países Bajos, Irlanda y España, más que traducirse en euros, ahonda en esa misma crisis reputacional. Los 4 se unieron en el festival en los primeros 10 años de su existencia. Suman un número de victorias importante con identidades nacionales muy definidas. El festival es extremadamente popular en esos países, con un fandom activo y visible (algo con lo que Italia, otro miembro fundador, no cuenta).
La retirada de estos 4 países es esperable que desequilibrase la balanza de votos hacia el bloque nórdico (Dinamarca, Suecia, Noruega), y que otros bloques en la sombra (el helénico o el balcánico) viesen un resurgir, llevando a resultados todavía más cuestionables y ahondando, más aun, en la percepción de que el certamen no es limpio.
A la UER, que esto le pilla tratando de vender la marca a América Latina y a Asia, no le conviene esta constante tela de juicio porque repele sponsors y desanima a potenciales participantes. Habrá que ver si optan por echar a Israel o no, pero solo una de las dos opciones detendría (o ralentizaría) el cuestionamiento del festival. No le tembló el pulso para expulsar a Rusia o amonestar a Bielorusia para proyectar una imagen de rigor e imparcialidad, así que no hagan lo mismo ahora es más llamativo todavía.