Mola que esté ganando relevancia de una forma tan orgánica. Me la imagino ilusionada viendo el recorrido que está teniendo y, oye, me alegro por ella.
El disco me ha parecido que vale tanto para poner de hilo musical mientras haces cualquier otra cosa y resultar agradable, como para escucharlo con atención y acabar atrapado por la crudeza de las letras.
Igual hay algo de morbo por parte del público, pero a mí no me parece ni un disco vengativo ni gratuitamente morboso, sino un ejercicio de sinceridad brutal con un envoltorio muy elegante. Da como rubor porque es como adentrarse en una privacidad a la que te han invitado a entrar pero no acabas de sentir como que tienes derecho a conocer.