Javier Maroto, que es un auténtico fan de Eurovisión, quiso que todo estuviera pensado al detalle. La velada comenzó asà con la canción Building Bridges, de Conchita Wurst, que se creó como himno de la edición del año pasado en Viena y se transformó en otro himno gay. Los invitados estaban situados en mesas de cantantes o grupos ganadores del festival, desde Masiel a ABBA.
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