¿Y nadie piensa en el pobre hombre que iba a mear y se encuentra ese percal?
A mí me ocurrió una cosa parecida yendo al trabajo en el intercambiador de Avenida América. Eran las 8:30 de la mañana y yo no me aguantaba más el pis, así que fui a los baños. Entro y está lleno, me meto en una cabina y echo el pestillo. Comienzo con el proceso de micción y alivio y escucho un ruido, como si estuvieran chistando a alguien.
Y es entonces cuando miro hacia arriba y veo la cara de un latino con el corte de pelo de Evo Morales asomándose por la pared de la cabina de al lado y frotándose la lengua por la boca como la duquesa de Alba con un ataque de epilepsia...
Pegué un grito bestial y se escuchó como una estampida fuera. Total, que al salir estaba solo. En ese baño todos debían estar buscando lo mismo porque se fueron en plan Jumanji.
Ahora siempre meo al salir de casa y del trabajo.