Pues yo no dejo de ver que es una gilipollez sentarte en un sitio, que te pongan una ensalada triste, un mojón de pescado y te cobren como si hubiera muerto gente haciéndolo. Si me van a crujir la espalda, que no sea porque Paris-Hilton una vez sudó el chocho en una de las sillas de plástico del local, sino porque el entorno y la comida merezcan la pena.