Se la veía relajada, como si acabara de cagar una enorme mierda que tenía atrancada en la ampolla rectal. Se ve que se tomó una relaxing cup of café con leche y entonces notó ese empuje, ese afán por la liberación intestinal. Fue al baño y abocó esa tremenda carga al váter, como una hormigonera llenando una fosa séptica. Entonces, con el esfínter aún palpitante, dio el discurso de su vida.
Yo es que veo a estos señores y solo se me vienen a la cabeza cosas así.