Un día iba yo por la calle Pelayo y pasaban Brianda y el novio. Llevaban una bronca de aúpa (a propósito de unos pantalones o algo así). Los tacos que salían de la boca de la susodicha eran para caerse p'atrás.
Mucho linaje, bonita, pero en la calle es donde más hay que demostrar la clase.
Y ya está, esa es la noticia.