Ay, @corni, si yo no disiento en eso contigo en eso. Si a mí hay cosas que no me gustan. Y creo que tiene varios problemas que ella misma ha reconocido. Creo que su autocrítica anoche fue nula. Espero que con el tiempo vea todo con calma. Para mí es diva, estrella e icono. Pero hay cosas que no puedo defender, del mismo modo que creo que el programa debería haber tomado parte en el asunto mucho antes. O haber tenido en cuenta sus dificultades afectivo-anímicas (o incluso haber llamado la atención de sus compañeros). No obstante, no soy nadie para opinar sobre esto.
Por otro lado, el problema no es que su inteligencia emocional (o no) sea la mayor del planeta, es que la de sus compañeros seguía siendo muy inferior. ¿De verdad, si conviven con alguien, y lo ven así de destrozado, por mucho que lo odien, no tienen un mínimo de empatía?
El problema del grupo ha estado en que vienen de realidades diferentes: mientras en la de unos la actitud de Lucía solo puede entenderse con un fin económico, porque su conocimiento de los realities les permite distinguir con claridad entre show y vida, Lucía ha creído que el reality era la vida. Por mucho que fuese consciente del funcionamiento y la manipulación del formato, no ha sabido separar lo más básico: su experiencia.
Todos los consumidores de telerrealidad estamos acostumbrados a sus tiempos, temas y desarrollos. Es verdad que Lucía no tiene televisión. Así que ella, por mucha teoría que conozca, se ha enfrentado con las herramientas de un concursante y espectador (a la vez) de la primera edición de Gran Hermano. Recordad que actitudes mucho más leves que la de Gabi o Jeyko, pensad en Carlos el Yoyas, no habrían sido consentidas por la audiencia. Del mismo modo que ella no las ha entendido. Ha cometido un error, sí. Más de uno.
Pero peores cosas trae la vida.
Yo decido amarla pese a todo. ES UN HIT.
Yo, @llamamebritney, quiero que tú, @corneacraneo, seas el padre de mis hijos. I LOVE YOU.