"Detesto ir de compras; no aguanté un solo capítulo de Sexo en Nueva York; me aburre 50 sombras de Grey; desde siempre me ha gustado el rock, el pop y el indie, y cuanto más raro mejor, y a los conciertos a los que solía ir no iban muchas mujeres; he trabajado casi siempre en entornos predominantemente masculinos; no he llamado jamás “cariño” a ninguno de mis novios, ni fuera de la cama soy o he sido particularmente melosa; tengo la voz muy ronca; no me maquillo excepto en contadas ocasiones; no me depilo; solía beber como un carretero; voy sola a la mayoría de los sitios; camino muy rápido; hablo mucho; miro directamente a los ojos; tengo opiniones formadas sobre política y las expreso con claridad; tengo amigos masculinos heterosexuales con los que no me he acostado jamás y con los que mantengo una amistad profunda y sólida desde hace mucho tiempo; suelto muchos tacos, y se me puede definir con cualquier palabra excepto delicada…
En fin, se supone que eso me hace “masculina” en oposición a lo que la gente entiende por “femenina”. Yo sinceramente creo la feminidad y las masculinidad no tienen que ver con nada de eso. Yo creo que soy muy femenina desde el momento en que tengo el pelo muy largo y lustroso, la piel muy suave y las tetas muy grandes. Lo que vienen siendo ” caracteres sexuales secundarios” que en principio me definen como mujer."
Qué tía más idiota.