Pues mira, lo primero en esa idea de que este impuesto ayuda a la redistribución de la riqueza, cuando no llega ni al 0,4 del PIB y es bastante discutible, ya que como he dicho un piso de 250.000 euros es clase media en Madrid, no grandes fortunas.
Y lo segundo es esa idea de que hay que gravar todas las transferencias patrimoniales que se consideran que se consiguen "sin esfuerzo". Es como si el Estado considerara que por morir esa persona está dejando de tributar y tuviera que asumir esa carga fiscal el que hereda, y esto me parece retorcido y torticero.
¡Como si el muerto pudiera elegir si se muere o no y se penalizara!