Ánimo, a ver si tienes suerte. Enfrentarse a un jefe aunque se tenga la razón, es poner en riesgo el puesto de trabajo. Yo lo he hecho esta semana y llevo unos días en vilo, hay una guillotina fantasma sobrevolando mi cuello.
El orgullo de tener razón o el no aceptar órdenes equivocadas me ha llevado al Inem un par de veces. Ya veremos si una tercera...