Qué ganas de rellenar la mía también. Y más ahora que tengo a mi gerente, que no hacía nada, trabajando como un currito más, y llorandonos todos los días porque no sabe cómo sacamos el trabajo adelante, que es muy complicado, que él no se entera de nada, que la relación con el cliente es muy difícil, que si nos debe una disculpa porque no entendía nuestras quejas antes y ahora sí, etc etc etc