Pues yo tengo que decir que, si bien llevamos solo un mes y medio de convivencia, no tengo queja ninguna de mi compañero de piso. Evidentemente hay cosas que no me gustan y que prefería que cambiase, pero entiendo que la mayoría tienen más que ver con manías mías propias que con cosas objetivamente mal hechas, así que en general estoy encantado. Yo por ejemplo soy un rata energético. O más que rata, excesivamente eficiente por deformación profesional, y el no. Intentaré educarle poco a poco en el ahorro, pero tampoco le puedo pedir peras al olmo...
Además, tenemos el mismo nivel de limpeza/guarrismo, con lo cual, no saltan las alarmas