Quiero decir que son yonkarras. No gente normal. Que las niñas no se hubieran subido a ese coche.
Y que hacen un retrato de Angles como un villano malisimo cuando sólo era un lumpen que actuaba por impulsos.
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A Antonio le costó una condena a ocho años de cárcel, que no cumplió, ya que decidió no volver a la Modelo tras obtener un permiso."
Levante, 1997.05.20.
En los días sucesivos, las cosas empeoraron. Antonio, según Miguel Canales, "la tenía a pan y agua". Nuria estaba aterrada de frío. Neusa, cuando Antonio no la veía, le suministraba ensaimada con leche.
-Neusa -decía Nuria-, suélteme.
Pero Neusa sabía que, si hacía esto, "el mío hijo me mataba". Además de todo, la joven, sin su dosis de heroína, estaba sufriendo un descomunal síndrome de abstinencia, y Antonio la tentaba dejándole droga a la vista, pero a distancia para que no pudiera cogerla. Años más tarde, ella contaría a la Guardia Civil que, durante su encarcelamiento, sufrió violaciones. También se lo confesaría a Mari, la toxicómana que había ofrecido su piso a Antonio para citas sexuales. Algunos chavales han afirmado que la prostituiría entre toxicómanos, a pesar de que también la ofrecía de balde. Y que, ocasionalmente, los incitaba a orinar o masturbarse sobre ella. Según Mari, Nuria le relató que, cuando le pedía agua, ». Su amigo Vicent refiere que "la tenía en bragas y la cubría con una sábana para que no estuviera tan a la vista"; le gritaba que los dòberman se vuelven locos cuando huelen la sangre, "y le rozaba su perro como si se la follara". Nadie sabe el tiempo real que duró aquello, aunque la cifra más frecuente se acerca a una semana. David, un amigo de la casa, dice que "Antonio ya estaba hasta los huevos de ella y quería arrancarle los pezones en unas tenazas". El Mula lo paró.