A ver, está claro que el gusto de cada uno es algo subjetivo. Pero por ejemplo, en el caso del cambio de Antonio Tejado, que era bastante vergonzoso porque parecía Daniel el travieso, cuando dijo que no le gustaba, Pelayo se dedicó a echar mierda sobre él en lugar de aceptar que al "cliente" no le gusta el cambio. El resumen del diálogo básicamente fue:
- No me gusta
- Pues tu eres un saco de mierda, vago, chupóptero y no tienes derecho a venir MI programa a cuestionar MI trabajo y MI profesionalidad