Like a Prayer se hizo en dos semanas, casi una canción por día, sin demos y casi todo en una primera toma. Patrick Leonard presumía de que en Oh Father solo presionó el botón rojo tres veces: instrumentos, voz de Madonna y voz de Madonna para reforzar el estribillo. Confessions también se hizo prácticamente en 15 días.
Con estos precedentes no es extraño que este disco lo haya hecho también en dos semanas. Lo que me extraña es que lo vaya dando a escuchar ya. Bueno, que puede hacerlo para testear, sin la masterización, las mezclas y tal. Chica, no sé...